El post que escribo hoy, será el último del año. A unas horas de entrar en 2016, quiero dedicarlo a mis alumnos y por eso, hoy, lo que te voy a contar, es una reflexión personal sobre lo que ser profesor de Pilates aporta a mi vida.
Son ya, casi ocho años impartiendo clases y realizando formaciones para crecer profesionalmente y seguir aprendiendo, porque en esta profesión, nunca se deja de aprender. Pero no, no me refiero únicamente a las formaciones profesionales, que sin duda son un pilar fundamental de conocimiento sobre el cuerpo y su funcionamiento, sino a todo lo que nos enseñan nuestros alumnos. Yo, desde luego, tengo claro que lo que verdaderamente me aporta la mejor enseñanza, es mi dia a día con ellos.